Publicado el 12/04/2021
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La Revolución Nacional Boliviana de 1952 fue una de las revoluciones más importantes de América Latina en el siglo XX. Inspiró a la Revolución Cubana y sirvió de ejemplo para muchos movimientos sociales del momento. En Bolivia garantizó grandes reformas progresistas y ampliación de Derechos a mujeres, indígenas, campesinxs y trabajadores.
Las revoluciones no salen de un repollo. Para entender cómo se gestó la Revolución Nacional de Bolivia en 1952, hay que observar las condiciones. El país venía muy golpeado por la Guerra del Chaco y sus ciudadanos estaban descontentos. Es así que en 1941, se crea el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). Si bien su inicio tuvo una orientación de clase media y fascista, frente a las movilizaciones populares que se sucedieron en los siguientes años, el MNR fue mutando su orientación.
En Bolivia, existía una democracia muy frágil. Una oligarquía que manejaba al Estado, los gobiernos de facto eran comunes y el sufragio estaba limitado. Finalmente, en 1951 durante el MNR se presenta a elecciones y gana. Rápidamente, las oligarquías declararon a las elecciones nulas y asumió el poder una Junta Militar a cargo de Hugo Ballivián Rojas. Esto llevó adelante grandes movilizaciones de mineros y campesinos. Además, hacia dentro de la Junta Militar había muchas divisiones, y un grupo de las FFAA les facilitó armas al MNR, llevando a un levantamiento que duró 3 días y culminó en el triunfo y ascenso al poder del MNR con Víctor Paz Estenssoro a la cabeza, y el ejército reemplazado por milicias campesinas y mineras.
Bolivia es un país con una amplia diversidad étnica y cultural, sin embargo, según Torcuato Di Tella en “Ideas Políticas y Sociales en la América Latina del siglo XX”, se puede decir que la revolución de 1952 logró consolidar a todas estas fuerzas bajo una misma unidad que fue dirigida por el MNR.
No hay duda que la Revolución Nacional Boliviana es, junto a la Revolución Mexicana y la Revolución Cubana, uno de los hitos populares más importantes del siglo XX. Liderada por Víctor Paz Estenssoro, la Revolución duró desde 1952 hasta 1964, siendo su símbolo principal el obrero minero, y declarando a la justicia social y el progreso económico sus dos objetivos prioritarios.
Entre las medidas tomadas podemos destacar la oficialización del voto universal y obligatorio, el cual incluye a las mujeres y a los analfabetos, rompiendo así la democracia excluyente patriarcal característica de Bolivia. A su vez, se universaliza la educación pública y obligatoria instalándose instituciones educativas por todo el país, llegando así a los sectores indígenas.
Por otro lado, se nacionalizaron las minas y el Estado logró tener control sobre la producción y comercialización del estaño y otros minerales. Se buscó canalizar estas ganancias hacia otros sectores económicos para que estos puedan desarrollarse y diversificar la estructura productiva del país. Fueron destinados a la apertura de nuevas tierras agrícolas, a la producción petrolera y la creación de ciertas industrias básicas. Lamentablemente, no se generaron suficientes ganancias en la minería para que esta diversificación sea posible. Las minas tuvieron que ser subvencionadas por el gobierno y el país quedó obligado a importar las manufacturas que solo provenían de EEUU y la mayoría de la producción de estaño en bruto era vendida a empresas extranjeras para ser refinadas.
Otra de las medidas relevantes fue la ejecución de una Reforma Agraria, la cual abolió el sistema de haciendas en gran parte del país donde se distribuyeron 10 millones de hectáreas a casi 200 mil familias. Esta reforma agraria tuvo más éxito y permitió la devolución y concesión de tierras a campesinos que no las tenían, la abolición del latifundio, la anulación de los servicios personales gratuitos y ayuda financiera a pequeños productores. A su vez, como consecuencia se generó un crecimiento del movimiento sindical campesino, que seguirá vivo hasta el siglo XXI, y de donde surgirá la figura de Evo Morales.
En 1952 se introdujo el sufragio universal donde eliminó el requisito de ser alfabeto para poder votar, también se garantizó el voto a las mujeres e indígenas, quintuplicando el electorado.
No obstante, el régimen del MNR no mejoró las condiciones del ámbito sociopolítico. La reorganización que llevó a cabo la Revolución condujo a una hiperinflación durante el gobierno de Paz. Varias empresas y cooperativas de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) tenían pérdidas y había una gran dependencia financiera del exterior, sobre todo desde EEUU.
Ante esta situación de desgaste, en 1963, la Revolución llega a su fin con un golpe de Estado liderado por René Barrientos, el cual estuvo apoyado por sectores de la clase media, la oposición interna del MNR y las Fuerzas Armadas dando fin a una de las revoluciones más importantes de América Latina.
Las mujeres identificadas con el MRN fueron parte de las movilizaciones revolucionarias, tanto desde los sectores campesinos, indígenas y de la clase media.
Hemos visto a la mujer de la revolución a la cabeza de las manifestaciones populares. El himno nacional fue entonado con hondo fervor, centenares de obreras de las fábricas arrebatadas por un odio quemante se alzaron contra los defensores del nazismo. En lo más intenso de la lucha, las mujeres comunicaban a todos su exaltación cívica.
Revista La Razón 21/7/46.
Una de las mujeres cercanas a la Revolución fue María Luisa Sánchez Bustamente. Para ella, las injusticias contra el campesinado, contra lxs obrerxs y contra las mujeres no podían seguir. Sánchez Bustamante será la fundadora, y presidenta por 28 años, del grupo El Ateneo Femenino, una agrupación feminista de orientación artística e intelectual, con objetivos políticos definidos como el sufragio femenino, el derecho al empleo y la ley del divorcio. Esta organización tuvo un rol clave en la obtención del voto femenino en 1952 en el inicio de la Revolución.
La señora Sánchez Bustamante era parte del sector de izquierda del MNR, y mientras Paz Estenssoro estaba exiliado en Buenos Aires previo a la Revolución, ella fue a visitarlo y acordaron que, cuando el MNR sea gobierno, el voto universal sería promulgado.
Otra mujer a destacar es Lidia Gueiler Tejada la cual inició su carrera política como una sindicalista bancaria, buscando la protección de los puestos de trabajo. En 1948, se volvería militante del MNR y empieza a realizar tareas de logística, como repartición de armamento, y atención a los presos políticos del partido.
Desde 1979 a 1980, se convirtió en la primera presidenta de la República de Bolivia y la segunda mujer en la historia de América Latina. Si bien su mandato fue corto, se la reconoce como un símbolo de la recuperación del Estado de Derecho y luchadora de las causas sociales.