Publicado el 23/04/2020
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En general, a la perspectiva feminista se la conoce como perspectiva de género. Últimamente este término se lo ha escuchado mucho en la radio, en la televisión por medio de los discursos políticos, del movimiento feminista, entre otros. Entonces nos preguntamos ¿Qué es la perspectiva de género? ¿Por qué es tan necesaria? ¿De qué manera puede ser adoptada en el relato histórico? Para poder analizar este término es necesario dividirlo en dos. En primer lugar, la palabra perspectiva se refiere a la adopción de un punto de vista, es decir, un enfoque o una manera de ver.
Por otro lado, tenemos la palabra género. ¿Qué es género? Es una categoría que nos permite comprender las ideas que tienen las diferentes sociedades sobre el sexo, y como la idea misma sobre el sexo determinó ciertos roles, conductas, costumbres, que es “propio” de cada sexo. Entonces, al sexo femenino se le impuso ciertos roles que “cumplir” mientras que al sexo masculino se le impuso otros roles. Por ejemplo, durante mucho tiempo el sexo femenino, tenía que “cumplir” con el rol de las tareas domésticas mientras que el sexo masculino “debía” generar el sustento económico de la familia. ¿“Deber”, “cumplir”? Claro, son roles impuestos culturalmente por la sociedad, sin poder elegir de antemano.
Paralelamente, de manera individual o colectiva, la mujer ha luchado por poner fin a estos roles que oprimen al colectivo femenino y genera desigualdades desde todos los ámbitos. Roles que oprimen a la libertad de la mujer, al igual que al hombre.
Para concretizar, la perspectiva de género nos permite problematizar sobre cómo las desigualdades sociales son determinadas por las diferencias biológicas por medio de la intervención cultural que asigna roles, conductas, valores, costumbres y funciones según el sexo.
¿Por qué es necesario adoptar una perspectiva de género en el relato de la Historia? Para poder entender el origen de nuestras desigualdades como mujeres, y poner fin a discursos que reproducen el mito de la “mujer débil” o “porque sos mujer no podés”. Durante muchos siglos se nos impusieron roles que recortaron nuestra libertad como mujeres, subyugadas a la imagen del varón hegemónico. A lo largo de la Historia hay muchas mujeres que alzaron la voz hartas del ocultamiento. Lucharon por nuestros derechos y libertades. Es necesario visibilizarlas. ¡Darles el protagonismo que la historia patriarcal ignoró!
Debemos tomar conciencia de la discriminación estructural de las mujeres en las sociedades pasadas y actuales, lo que supone una forma distinta de ver la Historia y el mundo actual. Como suele decirse, una vez que nos pusimos las gafas violetas, es imposible volver a percibir el mundo fuera del prisma feminista.
Para concluir, la perspectiva feminista o de género nos permite adoptar un punto de vista feminista que alude a visualizar los diferentes fenómenos de la realidad social según las implicaciones y los efectos que tienen las relaciones entre los géneros, evitando los sesgos sexistas y androcentristas. Una perspectiva con una mirada inclusiva y plural de la realidad.