¿Qué significó la Revuelta de Stonewall?

Publicado el 28/06/2020

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¿Qué pasó ese tan famoso 28 de junio de 1969 en el bar Stonewall? A lo largo de la historia se ha hablado de revuelta, revolución, rebelión. Las Malas lenguas de han llamado disturbio. Se ha dicho tanto, pero la realidad es que, frente a lo sucedido en Stonewall, la historia de los movimientos LGBTIQ+ cambió para siempre. Fue el quiebre que consolidó el actual movimiento LGBTIQ+ y las marchas del orgullo en todos el mundo.

Orgullo LGTBIQ+ Ilustración por Manuela Cattaneo

Stonewall era un bar de Nueva York donde frecuentaban personas LGBTIQ+. Esa cálida y húmeda noche, mientras todes estaban bailando, se prendieron las luces de repente. No había dudas, la policía estaba realizando una redada, como comúnmente solía hacer en esos espacios. Pero esta vez, fue diferente. Mientras la policía de Nueva York, armada, arrestaba a las drag queens, les presentes se plantaron y se armó una resistencia de manera espontánea. ”No teníamos nada que perder” dijo Sylvia Rivera -símbolo de la revuelta- tiempo después en una entrevista. Comenzaron a volar las primeras molotovs. El suceso duró 3 días y ayudó a sentar la base de los movimientos del orgullo actuales. Y al año siguiente de los hechos, se dio la primera Marcha del Orgullo en la historia. El faro de Stonewall rápidamente alumbró al resto del mundo y, hoy en día, las manifestaciones son un pilar clave en la reivindicación de derechos de las personas LGBTIQ+.

Alboroto en Stonewall

Marsha y Sylvia, los Símbolos de Stonewall

Por mucho tiempo se recordó a la revuelta de Stonewall donde los hombres blancos gays eran los líderes y también la cara representativa del Orgullo. Hoy en día reconocemos a las compañeras que bancaron los trapos en la revuelta.

Marsha y Sylvia

Marsha P. Johnson era negra, trabajadora sexual y artista drag. La P de su nombre aludía a “Pay it no mind” (“no le prestes atención”) refiriéndose a su identidad y expresión de género, haciendo hincapié en que no tiene relevancia en su valor como persona. Le resultaban indiferentes los pronombres femeninos y masculinos para referirse a ella, aunque la mayoría la nombraba como “ella”. ”Marsha se elevó por encima de ser un hombre o una mujer, se elevó por encima de ser negro o blanco, se elevó por encima de ser hetero u homosexual” decía su amigo Randy Wicker en un discurso.

Marsha continuó su militancia participando de ACT UP, una coalición para visibilizar la pandemia del SIDA y conseguir políticas públicas de contención. En 1992, Marsha aparece muerta en el río de Hudson. Su muerte es catalogada como suicidio por la policía, pero todo su entorno denuncia que se trató de un asesinato. Hasta el día de hoy la investigación sigue y aún no hay ningún detenido.

Sylvia Rivera, mujer trans y latina, hija de inmigrantes, fue una de las primeras en arrojar un cóctel molotov contra la policía. Firme y aguerrida, no se perdió un minuto de lo que duró la revuelta. Sylvia dedicó su militancia a visibilizar la situación de las personas trans frente a la sociedad patriarcal, como también a cuestionar la discriminación de su colectivo dentro del movimiento LGBTIQ+, donde las demandas de las personas trans quedaban relegadas. Muchas veces abucheada y desestimada por sus propies compañeres, particularmente por los hombres blancos gays, ella siguió cuestionando estas lógicas transfóbicas dentro del movimiento.

Ustedes me dicen que me vaya y esconda mi cola entre las piernas. Ya no aguantaré más esta mierda. He sido golpeada, me han roto la nariz, me han encarcelado, he perdido mi trabajo y mi apartamento. Y todo por la liberación gay y ¿todos ustedes me tratan de esta manera? ¿Qué diablos les pasa a todos?“.

Fue parte de su discurso en la Marcha del Orgullo de 1973 frente a la tibieza de su comunidad. Durante las décadas de los 70s y 80s, Marsha y Sylvia fundarán STAR (Revolucionarias Activistas Travestidas Callejeras), una organización para dar refugio a personas trans y travestis en situación de calle.

A pesar del importante rol que ambas ocuparon en Stonewall, en gran parte de sus vidas militantes, ellas fueron relegadas a un segundo plano dentro de su colectivo por sus condiciones de mujeres no-cis, racializadas y pobres. Aún así, 50 años después de Stonewall, el movimiento LGBTIQ+ ha recuperado la memoria y la historia de lucha de Marsha y Sylvia. En 2021 se erigirá un monumento de ellas dos frente al lugar donde sucedió la revuelta de Stonewall.

El ejemplo de compañeras como Marsha y Sylvia, y la lucha de las personas trans y travestis dentro del movimiento, consolidaron la visibilización de las problemáticas que las atañen y sus reclamos lograron traducirse en derechos. Para hacer un paralelo con nuestro país, por ejemplo, la lucha de trans y travestis se tradujo en la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012 -la legislación más avanzada del mundo en esa cuestión- y la Ley de Cupo Laboral Trans para fomentar la contratación de personas trans y travestis en cargos públicos. Dos grandes referentas de estas Leyes son Diana Sacayán y Lohana Berkins.

Sin embargo, las personas trans y travestis siguen siendo los sectores más excluidos y vulnerables a la violencia institucional y discriminación, arrojando como resultado una esperanza de vida de 40 años de edad. En el 2019, 72 mujeres trans murieron (80% por enfermedades curables y el resto asesinadas). Queda un largo trecho por recorrer en materia de derechos, y eso se va a garantizar continuando el ejemplo de lucha de las compañeras y, particularmente, permitiendo que las personas LGBTIQ+ ocupen espacios de protagonismo y se respeten sus voces dentro de los movimientos.

El Camino es la Interseccionalidad

¿Por qué es importante nombrar estos sucesos? ¿Por qué nos enfocamos en el hecho de que Marsha y Sylvia sean mujeres racializadas, trabajadoras sexuales y disidentes? Simplemente porque lo que no se nombra no existe. En un mundo que busca excluir y esconder a les que no se adaptan a él, visibilizar un colectivo de personas, ponerle nombre a sus necesidades particulares, ponerle nombre a un problema, hace que exista.

Interseccionalidad, por Tyler Feder

Kimberlee Crenshaw es una académica que habla del concepto de interseccionalidad y lo define como “el fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales”. Ella lo ve desde la experiencia de las mujeres negras pobres y realiza un cruce entre la clase, el género y la raza a la que pertenecen. No habla de una suma de 3 desigualdades, sino que se trata de una desigualdad específica, por ende, se necesitan soluciones específicas.

Es así que las desigualdades se producen en diferentes niveles: género, orientación sexual, ingreso económico, etnia, religión, etc. Este concepto acuñado en 1989 enmarca muy bien el espíritu de la Tercera Ola Feminista, donde todos estos matices comenzaban a cuestionarse dentro del feminismo. A través de una mirada de interseccionalidad, las problemáticas pueden ser afrontadas de manera más integral y específica.

Tanto las experiencias de Stonewall como la tesis de Crenshaw nos invitan a la reflexión. Las mujeres y las disidencias no somos homogéneos, somos un colectivo diverso atravesado por cuestiones de género, raza, clase social, nación, religión, entre otras. La opresión de género es igual para todes les que no seamos varones, pero esta opresión la atravesamos de maneras diferentes. Es importante destacar que sufrimos opresión pero también transitamos privilegios. Estamos en situación de oprimido pero, por momentos también somos opresor. Es fundamental estar consciente de nuestro lugar en la sociedad. ¿Cuáles son mis privilegios? ¿Cuándo sufro opresión? Y, ¿qué pasa con las personas que me rodean? ¿Qué privilegios y qué opresión atraviesan mis seres querides, mis compañeres de trabajo, de militancia? ¿Qué lugar les estamos dando a esas personas en nuestros espacios?

Que este 28 de junio nos invite a celebrar el orgullo, a visibilizar a las compañeras que fueron calladas incluso dentro de su propio colectivo, pero también a reflexionar sobre nosotres mismes, nuestros vínculos, nuestro alrededor. La perspectiva feminista debe ser interseccional.

Marcha del orgullo

Fuentes bibliográficas

  • Aspiroz Macarena (19/02/2020) “La historia de Sylvia Rivera, la activista trans que protagonizó la revuelta de Stonewall”, publicado en notasperiodismopopular.com.ar
  • Borraz Marta (03/07/2018) “El origen del Orgullo tiene nombre de mujer trans, drag queen, racializada y prostituta”, publicado en eldiario.es
  • Devaney Susan (08/06/2020)“El activismo de Marsha P. Johnson es más importante ahora que nunca”, publicado en vogue.es
  • Crenshaw, Kimberle (1989) “Demarginalizing the Intersection of Race and Sex: A Black Feminist Critique of Antidiscrimination Doctrine, Feminist Theory and Antiracist Politics”, Universidad de Chicago.

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